
Por: @rafabartrina
Vamos a visitar dos eventos en Ensenada, el primero es cuando se iniciaron las obras del rompeolas era en 1950, obras inauguradas por Miguel Alemán, sin tener una fecha exacta, algo, sin duda, ocurrió, y desde ese tiempo se ha manejado cómo comunicación oral.
Me refiero a esas comunicaciones relatando, si ponemos las diferentes versiones, esto es lo generalmente se refiere. Estaba una pala mecánica, de bastante más tamaño que las palas mecánicas comunes para la época, en una de esas, “cucharadas” de piedras de varias toneladas cada una, a grandes camiones donde les cabían varias paladas de piedras. En algún momento llegó uno de esos grandes camiones y la palas mecánicas, descargó la primera carga, al estar descargando la segunda palada uno de los trabajadores de a pie noto que entre las piedras algo diferente le llamó la distancia.
Al sentir la segunda palada caer al camión, el chofer inició el viaje al lugar donde estaban descargando, directamente a las aguas del mar.
El hombre que corría detrás del camión con gritos, sordos, gritos silenciosos, opacados por las decenas de grandes camiones, con grandes motores, con grandes ruidos, se daba cuenta con frustración que el chofer no lo veía. Este hombre cuando llegó a la parte donde descargó la carga vio, unas monedas, dijo, en el suelo. No hay consenso de la cantidad de monedas. Las versiones varían,pero en general mencionan que era algo como un cofre, echo de algún material que no se vio flotar.
Se dice que se avisó al jefe de cuadrilla, y a los Ingenieros, y todos coincidieron en que no era factible ni económicamente justificado detener la obra y realizar cualquier intento de rescate. La voz, corrió, por todo Ensenada, estoy seguro que muchos de los 40,000 habitantes algo oyeron y así nació la historia.
En 1972 o 1973 hubo huelgas de estibadores en varios puertos de altura en California, por lo que muchos, muchos barcos atracaron en Ensenada para ser descargados totalmente y mandar de inmediato la carga a sus puertos de destino originales, fue una época en que los muelles de Ensenada bullían con cientos de hombres, ya de día, ya de noche, 24 horas los vehículos más chicos, los montacargas se movían cual hormigas y en ese tiempo y en ese lugar nace la segunda parte de nuestra historia
Nuevamente me encuentro con la misma situación del cofre del rompeolas, zero evidencia de cualquier clase, varias versiones y una herencia oral únicamente. El relato indica que al venir la carga suelta, debemos de recordar que en ese tiempo no había manejo de carga por medio de contenedores, así que cada caja debía de venir claramente la información para que viajara con todo el resto de cada grupo de carga que pertenecía precisamente junto. Las varia versiones de lo que, supuestamente, sucedió, coinciden más o menos con esta narrativa: los trabajadores se dieron cuenta que una caja, descrita de varios tamaño, por lo que no se puede más que especular que debería de haber sido con tamaño mínimo, quizás como de una estufa o lavadora.
Los trabajadores con los manifiestos del barco, notaron que la información que tenía la caja, no coincidía con ninguna lista de carga. Se dice que algunos trabajadores se unieron en el plan de ver que carga no había sido consignada.
Su preocupación no era de servicio al cliente, era, según decían por curiosidad, así que uno de ellos en una pasada, sin querer, tocó, un poco fuerte con un montacargas la caja y que, para sorpresa de ese pequeño grupo, de 5, o 9, o 200, nunca nadie dio una cantidad consistente, corrieron de inmediato, lo que encontraron, según el decir, de testigos, sus amigos y los vecinos de los vecinos que hubo moneda nuevas, usadas y o antiguas, que habían joyas y oro y otros metales preciosos en piedra.

Por supuesto nadie guardó un trozo de la caja con alguna información, nada. No conozco,a nadie, soy de los pocos, que no han tenido, verdadera y confiable información. Una versión que me agrada es el relato de un empleado de una carnicería al interior de los globos, situada a unas cuanta puertas de un puesto de “antigüedades” o de cosas usadas especialmente fueran de rareza .
En ese lugar varias personas comentaban que ahí se podía encontrar una moneda de ese evento. Lo curioso es que estas personas que, decían, saber de primera mano, lo hicieron al correr de cuando menos 7 años.
La conjetura es del costo de esa moneda, que no se vendía o de la cantidad de “una sola moneda” así que les dejo esta narrativa mis muy amables lectores Gracias por leerme. Se permite compartir.






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